Investigación situada.
Cada proyecto parte de una base teórica sólida que se construye desde el pensamiento crítico y el diálogo con los contextos. A través del mapeo de tecnologías en territorios específicos, se exploran propuestas, salidas y formas narrativas que cuestionan las relaciones entre tecnología y vida cotidiana. Investigar es aquí un proceso activo, en constante cruce con la práctica.
El cuestionamiento como método.
La metodología se articula a partir de una ética de la pregunta. Se tensionan las narrativas dominantes sobre el progreso tecnológico para abrir otras posibilidades de imaginar y construir. Las preguntas operan como herramientas políticas que movilizan, incomodan y permiten pensar desde perspectivas diversas, no hegemónicas.
Prototipos experimentales.
De las preguntas que emergen en cada proceso surgen propuestas que dan forma a nuevas maneras de vincularse con la tecnología. Estas creaciones no buscan ofrecer soluciones cerradas, sino activar experiencias, narrativas y objetos que inviten a la reflexión colectiva y expandan los márgenes de lo posible.
Búsqueda del conocimiento libre.
El trabajo se desarrolla con herramientas abiertas, prácticas colaborativas y materiales pedagógicos que promueven la apropiación crítica de la tecnología. Se apuesta por una circulación libre del saber, construida desde los territorios y pensada para fortalecer capacidades comunitarias desde el intercambio, la autonomía y el cuidado.